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A los 6 meses de mi rompimiento amoroso, me di cuenta de que fui capaz de cambiar hábitos, sin evadir mi tristeza. El acompañamiento terapéutico me ayudó muchísimo. Me di cuenta de que siempre he tenido 2 opciones:
A) Amarme a mí misma.
b) Descuidarme a mí misma.
Ne esta ocasión opté por A), amarme a mí misma. Me di cuenta que la eliminación de innecesarios, que comenzar ordenando cosas en casa, trabajar en la limpieza de mi hogar y de mi cuerpo, mantener en mi vida las cosas que me favorecen, ser disciplinada y asumir la responsabilidad de mi felicidad, son actos de amor propio.
Me doy cuenta de que esto de guardar cada cosa en el cajón adecuado, va forjando hábitos que nos ayudan día a día. A veces no es necesario cambiar todo de momento; a mí me tomó 6 meses desarrollar esos hábitos. Comencé con uno cada vez. Y cuando lo dominaba, incorporaba uno nuevo. Este mes estoy desarrollando el hábito del ejercicio físico, pero… antes trabajé y desarrollé el de la alimentación consciente, y antes el de la puntualidad, y antes el del orden, y antes el de la limpieza.
Cada uno de los hábitos, se va consolidando con pequeñas tomas de consciencia, pequeñas decisiones del día a día. La primer decisión fue, sin duda, continuar mi proceso terapéutico, y ese fue el primer indicador de amor propio: reconocer que necesitaba de un acompañamiento, y que gracias a poder nombrar mis emociones y sensaciones, soy capaz de identificar mis necesidades y trabajar en ellas.
Cada mañana al despertar, me doy cuenta de la infinidad de decisiones que tengo para recuperar el amor a mí misma, y trato de elegir de forma consciente. Cada segundo es una decisión y una oportunidad para construir el amor, cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo el amor está presente, solamente hay que tener el valor para elegir amar.
Por Mónica Rodríguez Cortés
1 Comment
Gracias, por transmitir tus palabras llenas d decision clara, fortaleza, se siente q erradica d aqi la mejora d autoestima