Hace poco, implementamos un nuevo slogan en el CAE: una escuela que sueña y hace soñar a gente despierta. A mí está frase me hace bastante sentido, y te quiero contar por qué.
Primero que nada, el CAE por definición es una escuela que sueña. Constantemente puedo ver esos sueños gestarse en la oficina: «Y si impartimos un taller de…», «Y si ahora ofrecemos…», «Y que tal que ahora también…». Somos un grupo de soñadores/as empedernidos/as. De ahí el inicio de nuestro nuevo slogan.
Hace ya casi cuatro años que llegué a este maravilloso lugar a trabajar. Desde entonces, tengo la fortuna de ser testigo de ese preciso instante en el que cientos de alumnos/as comienzan a soñar con el CAE. Recibo cientos de correos de personas que me cuentan cómo entraron a la web, vieron una entrevista, le platicaron una experiencia y desde entonces tienen la ilusión de venir a algún taller. O mensajes de gente de todo México o incluso de otros países, diciéndome que ahorrarán para poder venir a tomar un taller con X facilitador/a o sobre X tema. Ahí, entre esas palabras, me gusta pensar que funjo como guardiana de aquellos sueños que apenas comienzan a hacerse realidad.
Soñar es relativamente sencillo. Basta con visualizar algo y traerlo al presente como un deseo. El verdadero reto es convertir ese sueño en una meta, y más adelante en una realidad. De ahí la importancia de la parte en dónde decimos que hacemos soñar «a gente despierta». Es difícil dar un porcentaje exacto, pero puedo asegurarte con cierto pesar que, de todos los mensajes que recibimos en el CAE diariamente, no todos llegan a formar parte de esta familia. El CAE, y considero que todas las cosas, te llegan cuando estás listo/a para recibirlas.
Hemos tenido casos en los que incluso hemos tenido gente que pide informes durante años. Sí, leíste bien. Años esperando venir a cruzar esa reja blanca que para muchos tenemos la fortuna de considerarla casi cotidiana. Yo te aseguro que esa gente, cuando por fin lo hace, lo hace ya desde otro lugar. Uno en el que definitivamente están más despiertos/as, pues su camino, considero que inició desde el momento en el que se gestó en su cabeza el sueño de venir.
Como parte de mi trabajo, también he tenido la fortuna de formar parte de distintos grupos y talleres que impartimos. Y con esta última reflexión quisiera cerrar este escrito. El arte, en sí mismo te hace soñar. El CAE, al ser una escuela de teatro, clown, música, plásticas… artes en general, te hace soñar. Entre las paredes del salón en forma de útero del CAE, he visto materializarse sueños increíbles frente a mis propios ojos. He visto transformaciones, relatos, he escuchado y visto verdaderas obras de arte que me han hecho vivir como en una ensoñación, y te aseguro que, para poder disfrutarlas de verdad, he tenido que estar bien despierta.
En un mundo infestado de realismo y objetividad, el CAE es una bocanada de aire fresco. Es un espacio que sueña, que te hace soñar y que, si no estás muy despierto/a, es sencillo que pases por alto, como tantas cosas que son importantes en esta vida.
Por: Isabel Martínez
Fotografía de portada: Olga Sanz