La primera vez que experimenté el teatro fue en el 2015 en mi Diplomado de Arteterapia. Siempre voy a recordar esa experiencia… ¡Cómo la sufrí! Fue mi primer módulo y recuerdo que me decía a mí misma “Lorena, ¿qué haces aquí?”. No entendía nada. Yo que siempre me escondí, que fui tímida, miedosa, insegura… Qué cosa estaba haciendo ahí. Me dije, “Esto no es para mí, yo ya no regreso más aquí. Qué necesidad de hacer el ridículo o de sentir nervios y mariposas en mi estomago a estas alturas de mi vida… ¡Por Dios! ¡Vámonos de aquí!”
Y mi facilitador Nestor Muzo me regaló unas alas y me dijo que actuara con ellas. Desde ese momento, algo mágico comenzó a pasar en mí:
Comencé a habitar mi cuerpo y en automático mi postura cambió. Comencé a observar que en mi vida también lo hacía. Luego a recuperar mi voz. Los nervios fueron desapareciendo y las ganas de atreverme fueron creciendo. Me podía dar permiso de expresar. ¡Cuántas ganas de poderme expresar! Y es el teatro ese lugar noble y lleno de magia que te da la libertad de expresarte con tanta creatividad, y tantas posibilidades.
Hoy creo en el poder de sanación que el teatro te regala, y agradezco la salud que el teatro ha aportado a mi vida.
¡Jamás lo imaginé!
Sólo les puedo compartir que amo lo que experimento y descubro en mí cada vez que lo vivo.
Amo el Teatro ♥️
Gracias CAE Puebla
Por: Lorena Valdés