Para mí el CAE ha sido como una segunda casa; un hogar donde todo el que llega ahí, se encuentra. He hecho familia con personas de otras partes del país y del mundo, y es en esas paredes dentro del CAE que toda barrera desaparece.
Estas palabras para mí han sido un sostén en estos tiempos de confinamiento: pensar en todo lo que he descubierto a través del CAE me da fortaleza y la confianza de poder aplicar lo aprendido. como si este tiempo fuese una especie de pop quiz hasta que lo termine de entender.
Me acuerdo que, mucho de lo que me preocupaba en el CAE al aprender los mediadores era la idea del “hacerlo bien”, hacerlo bien para el facilitador, hacerlo bien para Lupe, hacerlo bien para los tutores y el grupo. Ahora que estoy solamente yo, no hay para quién hacerlo bien, sólo estoy yo, con mi nariz roja, mis colores y mis hojas, no hay nadie a quien impresionar.
Así que estos días me he ido acercando de a poco a cada uno de los mediadores con un poco de miedo, pero también con la tranquilidad de que no son completos desconocidos. Son amigos que dejé de ver un rato, pero sé que al encuentro lo pasaremos bien.
He reconectado con la escritura como una vieja confidente a la que antes le contaba secretos y ahora le empiezo a contar mis sueños. He descubierto todos los idiomas nuevos que me hablan los colores cuando los pinto sobre diferentes texturas. He escuchado mi cuerpo otra vez, a través de la música, del movimiento. He hecho las paces con mi clown, cada día más, ¡hasta le hice un rincón dentro de mi consultorio! y de vez en cuando lo invito a jugar conmigo.
Me pesa mucho no poderlo compartir con mis amigos del CAE, con mi familia, pero sé que este momento es un encuentro conmigo y me siento acompañada por todo lo que he aprendido con ellos. Los siento conmigo a cada momento y sé que cuando volvamos, después de todo, podré compartirme desde otro lugar, un lugar que no busca hacerlo bien, porque no necesito impresionar a nadie, me podré compartir tal como soy.
Gracias CAE por darme el salvavidas en el momento preciso. Gracias por estar presente en mi vida. Gracias por darme una hermosa familia llena de arte y vida.
Sé que ya pronto nos volveremos a ver.
Por: Lu Zarur