El CAE me ha permitido integrar en un abrazo todos los aspectos que me conforman; luces, sombras y lo que hay en medio. No ser buena ni mala sino completa. Mirarme con dignidad. Acompañarme con amor. Aprendí también que si nos queremos conducir al bienestar, la vida se vuelve un estado de diaria rehabilitación.
Escribí este poema en el proceso:
Clueless Dog
Creo en los procesos de reconstrucción y reverdecimiento.
Cuando el todo es constituido por cimientos correctamente esparcidos en una tormenta lógica, estornudo de dios
cuando el todo es mi mente y sus inmensos escorzos azules escondidos entre la nada marítima
donde encuentro espejos
o espacios vacíos en los que también cabe mi imagen, el marco de mi alma grabada con tinta.
A veces encuentro todo en este malestar,
en sentirme un amor mirado por infelices palomas
o invadida por enfermos bichos y úlceras raras
supongo que me ocurre la vida mientras odio estar aquí, atascada entre paredes viscosas, heridas y sangrientas
sumergida en el tráfico de las bacterias sagradas
y cualquier cosa que venga entre su espesura.
Me baño y me siento ensuciada por los gérmenes y su invisible pudor escupido en todo
cómo rehabilitarme en este punto
¿seré mujer o amapola?
¿mar abierto o pesca milagrosa?
Cómo podría rehabilitar esta inmensa carne y su dimensión humana, cómo reparar la densidad en sus sienes
y la gastronomía en sus jugos
para qué hacerlo
si este tejido se reconstruirá una y otra vez entre rastros de sangre, perfección y olvido
increíble alberca de oro solar que envejece y vuelve a nacer.
Qué bueno saber que volveré a perder todo lo que no sé que he perdido
Y ojalá no vuelva a dolerme tanto ser un perro despistado
Qué terrible karma sería para mí que quiero ser tan libre
Algunas ocasiones siento que no soy más que madera esponjada de un sótano cualquiera
vaya manera de estorbarle al mundo
a los soles y lunas de este Júpiter interno
amado astro intestinal
te beso a diario
te llevo destellante entre las muelas.
Qué delicado y asfixiante espacio hay entre el brillo y el vacío.
Tengo el rostro destrozado
y en otras noches
construido en elegantísimas columnas de mármol
qué aterradora sensación diaria estar sujeta a nada
ningún punto fijo de referencia interior
estoy flotando entre mi jungla de huesos
que en realidad es un mar de sangre y carbono
o quizá un tambor con válvulas y mangueritas
loquísimo jazz band organísmico
forrado de piel y compensaciones genéticas a cualquier cosa
Me siento identificada con tantas cosas e historias que el mundo ni siquiera imagina
es como si estuviese conectada a la memoria de todos
y mis neuronas abrazaran las suyas
y sus barreras de amnesia fueran también el pulso de mi olvido
en dónde carajo termino yo
y dónde comienzan los otros
y cómo rehabilitarnos a todos
si parece que de todas las esquinas brota maldad
se alzan enormes estatuas cubiertas de negras telas
como árboles macabros sin raíces
ni frutos, ni bondad alguna
sobre las ciudades y sus tristísimos cuerpos transeúntes
Si yo fuera dios, pondría el mar sobre el rostro de la humanidad una y otra vez
lavaría nuestras raras pieles entre la furia del océano hasta
separar el mal de nuestros genes
para que no mute ni sea arrastrado por los caprichos magnéticos e increíbles de la evolución
haría de él una fuerza accesible pero no inevitable
Quebraría la simetría del horizonte
para liberarnos de la utopía
de la eterna caminata que supone
soltaría carcajadas entre la lluvia para estropear
el silencio espectral en nuestro peregrinaje hacia la nada
y sin dudarlo,
también haría brotar chiles de las plantas.
Reconstruiría y reverdecería todo después de verlo arder,
tal y como hago dentro de esta piel
cuando no queda más que rehabilitarme
de los atentados del cielo
cada amanecer.
Por Xhunaxi Loto